Al margen del mayor o menor acierto de ‘Uno de los
nuestros’, cabe preguntarse si el nuevo
rumbo que sigue esta TVE sin horizonte claro está siendo el más adecuado. Porque
la TVE que sustituye el programa decano de reportajes en España, ‘Informe
Semanal’, por un talent show de los
que ya abundan en las cadenas privadas es la misma que aspira a ser referente como
televisión pública de calidad.
No obstante, sí hay que reconocer el mérito de Gestmusic
organizando espectáculos televisivos como ‘Uno de los nuestros’. Han logrado un
show con mayúsculas, con el regreso de la música en directo a La 1 como
principal aliciente. El público se entrega hasta el punto de que no duda en
formar una conga (poco tiene de improvisada, eso sí) y en cantar y bailar el repertorio
típico de cualquier verbena de pueblo.
Ahora bien, por momentos parecía que estábamos ante una mala
versión de ‘Un príncipe para Corina’ o ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’. Han
calcado la forma de presentar a los concursantes, con esos efectos de montaje tan característicos, y las
inserciones con opiniones de los concursantes tras la actuación lo único
que aportan es perder el hilo del transcurso de las valoraciones del jurado y romper el falso directo. Incluso se les ha colado en el cásting un imitador de
Raphael y Gurruchaga y principiante en artes marciales, que fue eliminado
porque se le olvidó la letra apenas empezó la canción.
En una televisión
pública seria, primaría siempre la información sobre el entretenimiento, por
más blanco que este sea. Aquí no sólo se ha obviado este principio
básico, sino que además se ha optado por la vía más rápida: acallar las ya habituales críticas
por manipulación en los reportajes de ‘Informe Semanal’, no variando el rumbo para que cesen,
sino relegando el espacio al late night, para que pase más desapercibido. Así que lo único que ha quedado
demostrado es que TVE ya no puede ser considerada como uno de los nuestros.
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